jueves, 24 de mayo de 2012

Las víctimas testimonian con dignidad, los represores se "desmayan"

La tortura es duradera y definitiva", contó una ex presa política santiagueña
Gladys Lois fue secuestrada por Musa Azar durante el gobierno de Carlos Juárez, antes del golpe de 1976. Una tucumana desaparecida.

"El monstruo mayor es Musa Azar", djo el hijo de un abogado santiagueño desaparecido

La ex presa política Gladys Lois calificó de "duradera y definitiva" a la tortura que sufrió durante gobierno constitucional del ex gobernador Carlos Juárez, antes del golpe militar de 1976.

"La tortura recibida es duradera y definitiva. Me detuvieron 18 días antes de nacer en cautiverio mi hijo, Gustavo, que hoy es un excelente abogado y persona", dijo Lois al declarar en el juicio por delitos de lesa humanidad cometidos en Santiago del Estero.

La docente universitaria recordó que fue apresada por Musa Azar y los militares Carrasco y Balecich, y que durante su detención fue visitada por los funcionarios judiciales Luis Eduardo López, actual camarista de la justicia federal, y Santiago Olmedo, que integró el tribunal en el caso María Soledad Morales, en Catamarca.

"Querían canjear la libertad a costa de sometimiento, en mi caso que desmintiera una solicitada con críticas al gobierno durante las inundaciones y en otra, para que mi familia, que eran todos radicales, hicieran campaña para el gobernador Juárez", añadió.

En otro pasaje de su testimonio, Lois recordó que tras el nacimiento de su hijo en cautiverio fue visitada por "el sacerdote Marozzi para decirme que podía tenerlo seis años a mi hijo en la cárcel y al día siguiente que se había equivocado y que en realidad eran seis meses”.

"Nuestra vida no valía nada y en ese contexto estaba el cura Marozzi", agregó, al referirse a las periódicas visitas del religioso cuando se encontraba detenida en la cárcel junto a Cristina Torres, Mary Acosta, Sara Ponce, Carmen Morales, Susana Habra, Graciela Ninich, Inés Fornés, Mercedes Yocca, María Eugenia Ruiz Tabeada y otras adolescentes.

Sobre los tormentos sufridos, Lois sostuvo que la tortura "busca silenciar y hacernos callar". Durante varios días permaneció con su hijo en una pequeña celda, que se cerraba a las 7 de la mañana y se abría a la 7 de la tarde.

Una profesora de Filosofía tucumana
En la misma audiencia, que se interrumpió algunos minutos para que un equipo de emergencia atienda a los represores Juan Bustamante y Tomás Garbi por picos de prisión, también prestaron declaración las hermanas de Ana Mrad de Medina, que desapareció el 21 de noviembre de 1975.

En sus testimonios, Alba y Rosa Mrad, recordaron que la profesora de Filosofía, oriunda de la localidad tucumana de Simoca, fue detenida en inmediaciones de la capital santiagueña, junto a la abogada Graciela Lescano. En su relato, las mujeres hicieron referencia a que su padre "tuvo que pagar a funcionarios de la Justicia Federal de Tucumán montos similares a 10.000 pesos para tener información de nuestra hermana".

"La abogada Lescano nos contó que tras ser detenida en la calle, fue trasladada al Batallón de Ingenieros de Combate 141 y de ahí a Santo Domingo, en el que fue torturada", recordaron. Para finalizar, indicaron que "tras los apremios, Ana, que era intelectual y amaba a los pobres, fue trasladada al Hospital Regional y estimamos que allí murió por las torturas"

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